Desarrollar el pensamiento creativo puede ayudarte a mejorar tu desempeño empresarial y como inversor. ¡Y puedes hacerlo con juegos mentales!
Piensa en un producto o servicio. Cualquiera.
Yo pienso en… Autos.
Ahora piensa en otro. Totalmente ajeno al primero. Lo más diferente que puedas...
Yo pienso en… Chocolate.
Ahora vamos a crear un nuevo producto o servicio fusionando estos dos...
Un auto de chocolate
Un chocolate en forma de auto
Un chocolate que pueda manejar un auto
Un auto que sea el premio de un concurso de chocolates
Un desodorante para auto con olor a chocolate.
Alto, alto, alto ahí...
¿Notas que poco a poco parece que llegamos a “algo”?
Si seguimos con el juego, le aseguro que, de 20 ideas, quizá 10 serán locuras completas, 5 serán realizables, 2 más serán interesantes, 2 serán muy buenas, y al menos 1 será genial.
Alguien combinó aire y calzado. Leche y trigo. Basura y arte. Conceptos que no solamente son ajenos, sino que en muchos casos son diametralmente opuestos. Y consigues nuevos productos y servicios espectaculares.
Esto se llama en inglés think outside the box, o en español, “pensar fuera de la caja” (Aunque eso no haga demasiado sentido). Indica encontrar algo nuevo pensando fuera de lo convencional. Es una de las modalidades del pensamiento creativo.
Este ejercicio que acabamos de hacer es una forma creativa y divertida para ejercitar nuestra capacidad de pensar. Pero es algo más que un juego. En los negocios e inversiones, la habilidad de pensar fuera de lo convencional es una herramienta muy poderosa. Nos permite encontrar soluciones a problemas, crear artículos y servicios innovadores, conceptualizar nuevas estrategias de venta y muchas otras cosas.
Ahora bien, ¿Es posible educar nuestra mente para desarrollar esta capacidad?
Sí, es posible. Existen de hecho varios métodos, tanto para nuestro propio crecimiento como para aplicar en equipos y organizaciones.
Personalmente me decanto por ejercicios simples y entretenidos como el que le menciono arriba. Es posible practicarlos en solitario en su tiempo libre, y si se mantiene constante puede obtener buenos resultados. Encontrará muchos de ellos en internet, pero permítame darle tres más que puede empezar a utilizar de inmediato.
La dichosa palabra
Piense en una palabra, o véala en una revista. Debe tener unas cinco o seis letras. Luego cierre los ojos y mentalmente ordénela de forma alfabética en el menor tiempo posible. Por ejemplo, la palabra “HERMOSO” sería “EHMOORS”. Haga esto cotidianamente cuando encuentre palabras interesantes en su día. En algunas semanas notará que empezará a hacerlo instintivamente y con mayor facilidad, además de que le será más sencillo realizar planeaciones complejas, como organizar todas sus actividades de forma más eficiente.
Le come la lengua el ratón
Trate de recitar un párrafo largo, cantar una canción o simplemente conversar con usted mismo pero sin usar una letra. Puede ser una vocal, pero en realidad es cuestión de gusto. Por ejemplo, podría intentar cantar una canción sin usar la letra “A”. Si lo hace de manera constante, verá que en algún tiempo le es posible leer más rápido (EN SERIO) y otros beneficios curiosos. Esto es porque está educando su cerebro a “autocompletar” conceptos y pensamientos de forma más eficiente. Puede trabajar con menos elementos.
Cuenta, cuenta
En tu mente, practica acumular cifras al azar para crear series rápidamente y cada vez tratando de llegar más lejos. Por ejemplo, 4+5+1+3+5+8+2+4+6+7+2+9… De esta manera tu cerebro está ejercitando la memoria y el procesamiento de información. Dentro de algún tiempo podrás ver que es más fácil memorizar conceptos complejos y es mucho mejor para realizar operaciones matemáticas.
El beneficio adicional, además de los mencionados en cada caso, es que descubrirás una mayor facilidad para pensar de manera creativa. Empezarás a encontrar soluciones o idear conceptos muy interesantes que ocasionarán en otras personas el típico “Pero cómo no se me ocurrió a mí…” y es que, la verdad, no se les ocurrirán a las personas cuyo su cerebro no está acostumbrado a salir de sus propios límites y esquemas de forma casi automática.
Verás que tus emprendimientos, inversiones, decisiones y creaciones se verán muy beneficiadas.
¡Ah! Y por cierto… ¿Un chocolate con forma de auto? ¿Y si fueran diferentes chocolates en forma de diversos modelos de autos? ¿Qué tal si los vendiéramos por mayoreo a las distribuidoras de coches para ponerlos como detalle en las salas de espera de los clientes? ¿Y si pudiéramos enriquecer este modelo usando otras figuras relacionadas con diferentes rubros?
Con información de: libdera.com
